Monday, May 29, 2006

Una fábula de la vida real

Viendo los últimos acontecimientos en las noticias del querido Chilito, se me ocurrió escribir esta fábula:

El Reino de los Hombres y Dragones y la aldea de la revuelta

En un reino no muy lejano, habitaba un joven dragón en su caverna,en un reino de personas comunes y corrientes, dominado por un rey poderoso y su corte . La caverna de este Dragón se encontraba justo en las cercanías del castillo del Rey.

En el poblado también existian dragones un poco más viejos, que cada cierto tiempo reclamaban por sus derechos al rey, haciendo grandes grupos y atacando a los soldados de éste... Pero pronto estas revueltas terminaban pronto, ya que el rey sobornaba con poder o riquezas a los lideres de los grupos de dragones. Otras veces, los lideres armaban algunas revueltas por intereses de cargos dentro del consejo de Dragones ancianos, sin luchar por los derechos reales de su raza, sino para complacer al consejo y ganarse un lugar.

Además, los dragones que se levantaban por lo que creían justo, tenían otro problema: las tierras donde habitaban no eran directamente dominadas por el Rey, sino por terratenientes, lo que debilitaba sus fuerzas, porque lo que algunos de estas poderosos dragones pedían no era lo mismo para todos...

El Joven dragón sólo observaba las continuas revueltas de los dragones mayores. Este dragon, al que llamaremos Penguinar, también sufría de abusos y de maltratos, pero nunca se sintió realmente molesto. Los aldeanos a veces le arrojaban frutas podridas o por hacer excavaciones en busca de oro, causaban daños en su caverna... A Penguinar no le importaba mucho. Sólo esperaba a crecer y unirse a los otros dragones, tal vez un día llegar al consejo... pero en realidad, sólo se preocupaba por vivir tranquilo... Le gustaba volar para cazar y aprender un poco del terreno. También le gustaba ir a la biblioteca de los Dragones de vez en cuando.

Un día, uno de los más influyentes miembros de la corte, decidió promulgar un edicto para que el joven dragón, responsabilidad del reino, debía dejar de volar tan seguido. Se le permitiría volar sólo 2 veces al día y si no cumplía con el edicto, corría el peligro de perder sus alas a manos del verdugo.

El joven Penguinar no podía aguantar eso. Por mucho tiempo había aguantado abusos y no permitiría que siguieran. Así que decidió ir al mismísimo castillo del rey a preguntar el por qué de la medida...

Al llegar al castillo, un grupo de soldados lo detuvo, diciendole " Tu eres sólo un Dragón joven, demasiado joven incluso para acercarte a este castillo. Si no quieres morir por nuestras lanzas, vete".

Penguinar no entendía por que lo trataban así... AL final de cuentas, el también era un dragón y como todos los dragones, tenía derecho a hablar con el Rey si era necesario, por lo que respondió: " Yo soy un dragón como cualquier otro y el Rey me debe la oportunidad de plantear mi asunto. Me quitan mi derecho de volar libremente por el reino y no se por qué. Exijo que al menos se me explique el por qué".

El soldado se rió a carcajadas: "Tu eres demasiado joven para exigir. Retirarte antes de que se acabe mi paciencia", y luego de haber dicho esto, escupió al joven dragón.

Penguinar no aguantó tanta humillación y se enfureció. Le ardía la sangre y comenzó a lanzar fuego a los soldados, que huyeron despavoridos. No permitiría que le quitaran su derecho a volar libremente, por lo que empezó a atacar el castillo.

Los soldados que huyeron, pidieron refuerzos y casi una centena de soldados llegó... Pero Penguinar los derrotó fácilmente y cada vez se hacía más fuerte y grande... Así siguieron las batallas por un buen tiempo, y con cada batalla, el joven dragón crecía y se hacía más y más fuerte. Muchos otros dragones más viejos se le acercaron, para que Penguinar se uniera a sus causas, ofreciendole poder y riquezas, pero Penguinar se negó. El sólo luchaba por sus derechos y por lo que creía justo, no por los intereses de otros o por alguna recompensa.

El poder del joven dragón doblegó a las fuerzas del Rey, quien al ver el poder del dragón, decidió recibirlo y cumplir sus demandas... Al ver lo que había conseguido y su poder, Penguinar pensó poder reclamar por otras cosas que se le habían negado antes o cosas que le molestaban... El rey en un principio se mostró arrogante, pero al ver el fuego de furia en los ojos del dragón y el poder que había demostrado, trató de negociar y finalmente, logró clamar la furia del dragón...

Moraleja: Nunca confundir juventud con debilidad, ni abusar de ellos cuyos ideales son puros.

A que viene esto, amigos mios??? Bueno, ha comenzado la "revolución de los pingüinos", un movimiento de estudiantes secundarios, reclamando por sus derechos. El movimiento demostró estar organizado y tener la fuerza y los ideales de la adolescencia, muchos de los cuales se pierden cuando se entra a la universidad. Además, el movimiento de estos estudiantes no está "contaminado " por intereses de poder o políticos, como a veces sucede con los movimientos universitarios.

Los secundarios reclaman por sus derechos y en estos momentos, lo hacen de forma pacífica... Tal vez los más jovenes nos estén dando una valiosa lección.

Sunday, May 14, 2006

Meditacion sobre el Amor¡¡

(para continuar con las lecciones tantricas...........leccion V)

Piensa en alguien cuyo amor desees. ¿Quieres ser alguien especial para esa persona y significar algo importante en su vida?, ¿Quieres que esa persona te ame y se preocupe por ti de una manera especial? Si es así, abre tus ojos y comprueba que estas cometiendo la necedad de invitar a otros a limitar tu libertad. Es como si la otra persona te dijera: "Si quieres ser alguien especial para mí, debes aceptar mis condiciones, porque en el momento en que dejes de responder a mis expectativas, dejaras de serlo" ¿Merece la pena pagar tanto por tan poco?


Imagina que a esa persona, cuyo especial amor ideal, le dices: "Déjame ser yo mismo". Pretender ser especial para alguien significa, fundamentalmente, someterse a la obligación de hacerse grato a esa persona y, consiguientemente, perder la libertad.

Tal vez prefiero mi libertad antes que tu amor. Si tuvieses que escoger entre tener compañía en la cárcel o andar libremente por el mundo en soledad, ¿qué escogerías?

Dile ahora a esa persona: "Te dejo que seas tu mismo, tener tus propios pensamientos, satisfacer tus propios gustos,...". En el momento en que digas esto, observaras una de estas dos cosas: o bien tu corazón se resistirá a pronunciar estas palabras, o bien, pronunciará dichas palabras de corazón sinceramente, y en ese mismo instante se esfumará todo tipo de control y explotación y posesividad.

"Te dejo que seas tú mismo ". Y observaras también algo más: que la otra persona deja automáticamente de ser algo especial e importante para ti, pasando a ser importante del mismo modo que una puesta de sol y una sinfonía son hermosas en sí mismas, del mismo modo en que un árbol es algo especial en sí mismo y no por sus frutos o la sombra que pueda dar.

"Te dejo que seas tú mismo". Al decir estas palabras te has liberado a ti mismo. Ahora ya estas en condiciones de amar. El amor sólo puede existir en libertad. El verdadero amante busca el bien de la persona amada, lo cuál requiera especialmente la liberación de ésta.


..........de corazon un aprendiz tantrico